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prácticas en empresa
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La característica más relevante de las prácticas profesionales no laborales es que se desarrollan en un ámbito productivo real, donde el alumnado podrá observar y desempeñar las funciones propias de las distintas ocupaciones relativas a una profesión, conocer la organización de los procesos productivos o servicios y las relaciones socio laborales en la empresa o centro de trabajo. El alumnado estará en todo momento orientado y asesorado por los responsables de su seguimiento y evaluación que a tal fin serán designados por el centro de trabajo y el centro formativo.
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Las prácticas realizadas no supondrán la existencia de relación laboral o funcionarial entre el alumnado y el centro de trabajo. Por tanto, el alumnado no podrá percibir retribución alguna por su actividad formativa, ni por los resultados que puedan derivarse de ella.
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Para la selección de la posible empresa donde realizar las prácticas, los centros formativos podrán utilizar los servicios de las Cámaras de Comercio, Industria y Navegación.
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El alumnado está cubierto, en todo caso, por el seguro de accidentes que contratará el centro formativo.
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El centro formativo, junto con la empresa, elaborará el programa formativo de las prácticas en el que se incluirá el contenido, la duración, el lugar y el horario de las mismas y el sistema de tutorías para su seguimiento y evaluación.
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La empresa designará, entre su personal, un instructor que supervisará y apoyará técnicamente a los alumnos en el desarrollo de las prácticas, distribuirá las tareas entre el alumnado, y colaborará en su evaluación.
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Oportunidad de aplicar lo aprendido en los centros formativos y demostrar la competencia profesional adquirida ante la empresa y en situaciones laborales reales.
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Conocer la organización socio-laboral del sector y en particular de un centro de trabajo o empresa tipo.
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Adquirir madurez para futuros aprendizajes y adaptar sus capacidades a los cambios del sector productivo.
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Conocer el tipo de puestos de trabajo que se ofertan en un determinado sector productivo, sus relaciones funcionales y orgánicas, cómo están relacionadas unas tareas con otras, técnicas y procedimientos específicos relativos a las ocupaciones y puestos de trabajo asociados a su cualificación.
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Posibilidad de inserción profesional, dado el porcentaje importante de alumnos que son contratados laboralmente en las empresas donde han realizado las prácticas.
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Poder formar en sus técnicas y procesos de fabricación a futuros trabajadores de forma que si se lleva a cabo una posterior contratación se reducen tanto el tiempo de adaptación a la empresa como los costes de selección de personal.
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Cubrir más adecuadamente sus necesidades futuras de profesionales bien preparados, favoreciendo su competitividad en el mercado.
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Enriquecer y consolidar su estructura con plantillas cualificadas que la hagan más competitiva e innovadora.
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La empresa amplía su esfera de relación, lo que genera un mejor conocimiento de la misma en su entorno, favoreciendo nuevas posibilidades de actuación.
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Los centros formativos conocen de forma directa las necesidades reales y concretas de formación de las empresas, así como las nuevas técnicas o equipos.
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El invertir en formación asegura rendimientos futuros.